Cuatro son las enfermedades que puede sufrir el gusano de seda, evidentemente ninguna afecta al ser humano. Nos vamos a detener en dos de ellas por su importancia biológica e histórica, mientras que las otras dos las nombraremos de una forma superficial.
La primera es la Flacidez, provocada por una bacteria que hay dentro de su sistema digestivo y que se activa frente a las altas temperaturas. Como su nombre indica, el gusano afectado se vuelve fláccido, no se desarrolla y si logra hilar, muere atrapado entre la seda. La segunda se conoce por el nombre de Amarillez, esta enfermedad viene causada por un virus (VPN) existente en el interior de las hojas de morera. El gusano afectado adquiere una tonalidad amarillo-lechosa y finalmente muere después de sufrir diarreas que contaminan a sus congéneres.
Vamos ahora a por la tercera, llamada Muscardina, producida por un hongo (Beauveria bassiana). Los gusanos afectados dejan de comer mientras las esporas se les introducen en el interior a través de los poros, adquieren una tonalidad rosa mientras permanecen inmóviles. La piel se endurece y se recubre de un moho blanco, causándoles la muerte. ¿Pero por qué es importante esta enfermedad?
El señor de la foto es Agostino Bassi, abogado, entomólogo y botánico italiano (1773-1856). En 1835 descubrió el hongo que causa la enfermedad y muerte de la muscardina, de ahí que en el nombre científico del hongo esté presente su apellido. La importancia radica en que es la primera vez en la historia que se admite que un hongo está asociado a la enfermedad y muerte de un animal.
Pero vayamos a lo que nos importa realmente, al fin de la sericicultura en Europa, como reza el título de esta entrada. A la cuarta enfermedad que sufren los gusanos de seda.
La historia empieza en 1848 en Italia. Los criadores de gusanos de seda, los sericicultores, empiezan a ver como las orugas de este insecto empiezan a morirse sin razón alguna. Ninguna de las enfermedades anteriores era la causa de tal mortandad. El negocio de la seda empieza a venirse abajo, pues sin gusanos no hay seda. Pronto la enfermedad se transmite a Francia y a España. En Francia llaman a Louis Pasteur para que intente averiguar lo que ocurre con los animales, pero el físico, químico, matemático y bacteriólogo está ocupado en unos estudios sobre el vino, encargo de su gobierno. Algunas poblaciones de Francia intentan traer gusanos de seda de China y Japón, pero hay que imaginar la dificultad de un viaje de esa categoría en esas fechas y el dispendio que puede acarrear. Alguno que otro llega a China y hasta Japón (que en ese momento mantienen un litigio bélico) y consigue traer gusanos de oriente, que parece que no les afecta la enfermedad. Pero son muy pocos.

En 1865, es decir 17 años después, Pasteur (el de la foto) descubre el protozoo (Nosema bombycis) que causa la Pebrina, llamada así porque los gusanos aparecen con puntitos negros a lo largo de su cuerpo como si estuviesen salteados en pimienta (poivre en francés). La enfermedad es incurable, pero al microscopio pueden detectarse los huevos que están contaminados y los que no. Pasteur inventa un método de desinfección que evita que los huevos puedan contaminarse por el protozoo, pero la sericicultura ya ha recibido un golpe mortal. Muchos de los sericicultores abandonan la cría del gusano de seda impotentes ante la masiva muerte de sus gusanos y la imposibilidad de conseguir huevos sanos de China o Japón.
No suficiente con ello, en 1869 se inaugura el canal de Suez, abaratando los costes del transporte marítimo desde el lejano oriente y en 1884, Hilarie de Chardonnet inventa el rayón (la seda artificial). Todo ello contribuyó al final de una tradición de siglos en Europa. Hoy en día los grandes productores de seda siguen siendo China, India, Tailandia y Vietnam, entre otros.
¿Y qué pasó con los gusanos que se trajeron de oriente? Son inmunes a la pebrina. ¿Y por qué no siguieron en Europa con esos gusanos inmunes? No todos los gusanos de seda son iguales, hay características seleccionadas a lo largo de siglos que confieren singularidad a la seda. En el momento en que se hibridaron los gusanos orientales con los occidentales, muchas de esas singularidades se perdieron y la seda perdió calidad.
En la próxima entrada explicaremos las distintas características de las variedades de los gusanos de seda, haciendo hincapié en las subespecies españolas. ¿Españolas, pero los gusanos no eran originarios de China? El misterio lo resolveremos en la siguiente entrada.
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